Si no nosotros. Quien? Si no ahora. Cuando?
John F. Kennedy.
El martes pasado
los habitantes de Bruselas se dedicaban a sus labores habituales cuando
explosiones masivas sacudieron el aeropuerto y una estación de metro, causando muerte,
confusión, incredulidad, horror y el miedo en la población Belga. Sin
desmeritar la tragedia ocurrida, aún más preocupante es el hecho de que estos
ataques mostraron al pueblo Belga, a los Europeos, y al mundo, el increíble
grado de falta de preparación y la incompetencia de las autoridades Belgas para
prevenirlos. Desde ese punto de vista es válido pensar lo vulnerables que somos
a un ataque al azar realizado en cualquier ciudad del mundo por unos cuantos
locos. La conclusión a la que podríamos llegar es simple, pero brutal: Ningún
gobierno occidental tiene la más mínima idea de cómo hacer frente a esta
situación; en consecuencia, ahora sabemos que estamos expuestos a más ataques,
y ese hecho nos hace sentir indefensos. ¿Cómo manejamos una situación tan abrumadora?
Francamente no tengo una respuesta a esa pregunta, pero si tratamos de entender
lo que nos pasa como seres humanos cuando reaccionamos a eventos traumáticos,
podríamos tener una mejor comprensión de los hechos que nos afectan y de las
posibles acciones que podemos tomar para afrontarlas.
Los seres humanos
enfrentados a un acontecimiento traumático pasamos por varias etapas descritas
por la psiquiatra Suiza Elisabeth Kübler-Ross en su libro de 1969 "Sobre
la muerte y los moribundos". La primera es la NEGACIÓN (Esto no puede
estar pasando, no es posible). Cuando la persona, o en este caso el grupo se da
cuenta de que el hecho es real y no se puede negar, viene la segunda etapa, RABIA
(Aquí puede pasar cualquier cosa dependiendo de la persona o colectivo). En
esta etapa las voces de juicio, de cinismo y el miedo se elevan. Las reacciones
pueden ir desde parálisis total en un extremo, a la búsqueda de venganza por el
otro (Esto es un acto de guerra y vamos a responder de la misma forma!). La
etapa de la NEGOCIACIÓN sigue a continuación (negociación con nosotros mismos
en función de las consecuencias de nuestras acciones del paso anterior). La
cuarta etapa es la DEPRESIÓN (rendirse ante la inevitabilidad del hecho al que
nos enfrentamos y al que no encontramos una solución a la vista). La quinta
etapa es la ACEPTACIÓN. En la aceptación, nos enfrentamos a la realidad de los
hechos en los que estamos inmersos, y comenzamos (al fin) a movernos en la
dirección de la solución de nuestros problemas (lo acepto y me preparo para
manejarlo).
Las consecuencias
de los ataques en París eran predecibles bajo el modelo de la Dra. Kübler-Ross.
Francia, acompañada por sus aliados occidentales que se veían a sí mismos
frente al mismo peligro, se trasladó de la negación a la rabia, bombardeando las
ciudades Sirias ya de por sí destruidas por la guerra civil. Entre los
resultados de esta reacción están miles de civiles y muy pocos terroristas de Isis
muertos; la crisis de refugiados empeoró, y podemos suponer que la sed de
venganza de los fundamentalistas contra occidente aumentó. Ahora, después de
los ataques a Bruselas, que van a hacer los líderes de occidente? ¿Van a
continuar reaccionando desde la negación, o desde la rabia? ¿Van a seguir
bombardeando lo que queda de Siria? ¿Quién es el sospechoso habitual en esta
ocasión? Ante este hecho, uno puede legítimamente preguntarse: ¿No podríamos
hacer una pausa y pensar antes de reaccionar de la misma y desastrosa manera del
pasado? ¿No es evidente que hay que actuar de forma diferente? En una guerra tradicional
tenemos a dos ejércitos opuestos luchando entre sí, y las bajas civiles son
relativamente limitadas. En este tipo particular de guerra, tenemos armas
sofisticadas apuntando desde todos los lados al asesinato en masa de la
población civil. Esto es una locura en forma de vórtice con los civiles en el
medio sufriendo los efectos de un ciclo de la violencia cada vez más creciente. Yo creo que llegó el momento de explorar nuevas formas de salirnos de
ese ciclo destructivo. El modelo de la Dra. Kübler-Ross nos indica que primero aceptemos
la realidad tal como es, para luego hacer un esfuerzo y tratar enfrentar el
asunto a través de un nuevo tipo de enfoque. De esa manera podríamos tener
una oportunidad de ganar esta guerra definitivamente.
Esa no será una
tarea fácil por dos razones: Primero: Tenemos que ser conscientes de donde
estamos parados en el modelo de la Dra. Kubler-Ross, porque no vamos a ser
capaces de encontrar soluciones efectivas si empezamos a mirar el problema
desde la rabia o desde la depresión, por ejemplo. Soluciones viables y
duraderas en el tiempo sólo se pueden encontrar si empezamos a mirar el
problema desde la ACEPTACIÓN. Segundo: Este proceso no puede ser dirigido por
un liderazgo que opere desde el EGO, que se mantiene repitiendo los mismos
errores del pasado. El mundo necesita urgentemente un nuevo tipo de liderazgo,
uno que se centre en las posibilidades de que nos ofrece el futuro. Otto
Scharmer del MIT, el autor de "Teoría U. Liderando desde el Futuro Emergente"
propone un nuevo modelo de liderazgo que cambia el lugar interno desde el cual
opera el líder, de un enfoque centrado en el EGO (que no deja de repetir los
errores del pasado), a un modo de pensar ECO, que se centra en las
posibilidades de nuestro mejor futuro posible. Con el fin de llegar a ese marco
mental ECO, el líder debe actuar con una Mente Abierta, un Corazón Abierto y
una Voluntad Abierta.
Tener una mente
abierta no significa la práctica de "dejar hacer, dejar pasar". Al
contrario, significa hacer frente a los hechos oportuna y adecuadamente. La amenaza terrorista a la que estamos expuestos debe ser enfrentada eficiente
y responsablemente por organismos gubernamentales que colaboren, no que compitan
entre sí, que compartan, no que oculten información a los demás, y que actúen
coordinadamente, no en parcelas individuales de poder. Tener un corazón abierto
significa comprender la situación de las víctimas e ir a la raíz de su
sufrimiento con el fin de aliviarlo. Tener una voluntad abierta significa
actuar más pronto que tarde con una sola intención en mente: Hacer de este un
mundo mejor para todos. En un mundo donde todo está interrelacionado, todo lo
bueno que hagamos va a tener un efecto sobre el todo, y lo mismo ocurre con
nuestras malas acciones, tal como la crisis de Siria nos ha demostrado de
manera tan contundente en nuestras propias narices.
¿Dónde podemos
encontrar ese tipo de liderazgo? ¿Quién es ese superhéroe del que se requiere
una tarea tan exigente? Bueno, mira a tu alrededor, y luego mírate a ti mismo.
Sí, a ti mismo. Tú eres ese líder, y yo también, todos lo somos. Pero, ¿estaremos a la
altura de las circunstancias? Al respecto, la Dra. Clarissa Pinkola Estés, autora del libro
"Mujeres que corren con los lobos" tiene un mensaje para nosotros:
“No está a
nuestro alcance conocer qué acto,
ejecutado por quien, hará que la
masa crítica se vuelque hacia un bien perdurable. Todo lo que se necesita para
lograr un cambio dramático, es una acumulación de actos, por lo que debemos
seguir añadiendo, añadiendo a, añadiendo más, continuar añadiendo. Sabemos
que no hace falta que "todos en la Tierra" vivamos por la justicia y
la paz, sólo se necesita un pequeño y decidido grupo que no se dará por vencido durante el primero, el
segundo o el centésimo vendaval”.
Aquellos de
nosotros que nos vemos afectados y que nos preocupamos por los gigantescos desequilibrios
que se ven por todas partes, en la política, en la economía, en nuestro entorno
y en la sociedad en general, no debemos quedarnos sin hacer nada y ver
impasibles cómo evolucionan las cosas para peor. Tenemos la responsabilidad de
comportarnos de manera diferente, independientemente de nuestros sentimientos,
emociones y afinidades políticas. Esto no es sólo un momento de grandes
perturbaciones en la historia de la humanidad, sino también un momento de
grandes oportunidades para hacer las correcciones que son necesarias para
cambiar la dirección hacia la que nos dirigimos como especie. En este contexto
podemos ser parte del problema o parte de la solución. Seamos los que sanan,
concilian y co-crean un futuro mejor para nosotros y nuestros hijos. Hagámoslo
todos los días en nuestras áreas de responsabilidad, “como si el mundo nos
importara", de esta forma podríamos ayudar a crear el "cambio
dramático" al que la Dra. Pinkola Estés se refiere. Esta es nuestra oportunidad
de romper el ciclo, no la dejemos pasar una vez más. No nos lo perdonaremos.
Bendiciones
Helio Borges
Elisabeth Kubler-Ross: “On Death and Dying.”
Otto Scharmer and Katrin Kaufer: “Theory U. Leading From the Emerging Future”
Dr. Clarissa Pinkola Estés: “Women Who Run With Wolves”
Imagen: http://www.elperiodico.com
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