sábado, 23 de septiembre de 2017

CARTA PARA UN JOVEN ESTUDIANTE VENEZOLANO




"Porque esta locura debe terminar, si no en mi vida, al menos en la tuya. Nosotros los venezolanos somos proverbialmente pacientes, pero también somos infinitamente resistentes e ingeniosos. Toda nuestra historia como pueblo ha sido una búsqueda de libertad y dignidad; y no nos negarán nuestros sueños."

"Querido hijo,

Cuando me preguntaste hace un mes, por una lista de libros que podías leer para comenzar a estudiar derecho, yo odiaba preparar la lista porque sentía que estarías perdiendo el tiempo estudiando derecho en esta "nueva sociedad".

Todavía no estoy seguro de que valga la pena hacerlo.

Hace unos días, mientras charlaba con un militar, me preguntó con toda seriedad y sinceridad: "¿Pero señor, qué va a hacer un abogado en este país?" De una manera amable y con la mejor intención, planteó una pregunta perfectamente válida .

Un abogado vive en y por la ley; y no hay ley cuando la sociedad es gobernada, no por la razón, sino por la voluntad, peor, por la voluntad de un solo hombre.

Un abogado se esfuerza por la justicia; y no hay justicia cuando los hombres y las mujeres son encarcelados no sólo sin culpa, sino sin juicio.

Un abogado debe trabajar en libertad; y no hay libertad cuando la conformidad es extraída por el miedo y la crítica silenciados por la fuerza.

Un abogado se basa en hechos. Él debe buscar la verdad; y no hay verdad cuando los hechos son suprimidos, las noticias son manipuladas y las pruebas son fabricadas.

Peor aún, cuando se invoca la Constitución para justificar atropellos contra la libertad, la verdad y la justicia, cuando la democracia es destruida con el pretexto de salvarla, la ley no sólo se niega, sino que es pervertida.

¿Qué necesidad en este momento tiene nuestra gente de los hombres y las mujeres que practican esa profesión?

Sin embargo, la verdad sigue siendo verdad. Nunca ha tenido nuestra gente mayor necesidad que hoy de grandes abogados, y de jóvenes hombres y mujeres decididos a ser grandes abogados.

Grandes abogados, no abogados brillantes. Un canalla puede ser, y a menudo es, brillante; y cuanto mayor es el canalla, más brillante es el abogado. Pero sólo un hombre bueno puede llegar a ser un gran abogado, pues sólo un hombre que entiende las debilidades de los hombres porque las ha conquistado en sí mismo; que tiene el coraje de perseguir sus ideales aunque él los sabe inalcanzables; que templa su convicción con respeto por los demás porque se da cuenta de que puede estar equivocado; que se ocupa honorable y justamente por todos, porque hacer lo contrario lo disminuiría tanto como a ellos -sólo un hombre así exigiría el respeto que necesita para persuadir y nunca necesitaría recurrir a la fuerza. Sólo un hombre así podría convertirse en un gran abogado. De lo contrario, "lo que usted es habla tan fuerte, que no se puede escuchar lo que dice."

Para hombres y mujeres de este tipo, nuestro país siempre tendrá necesidad, y ahora más que nunca. Es cierto que hay poco que los hombres de buena voluntad pueden hacer ahora para poner fin a la locura que mantiene a nuestra nación en esta crisis. Pero podemos, incluso ahora, escudriñar nuestro pasado; tratar de identificar dónde nos equivocamos; determinar lo que llevó a esta locura y lo que la alimentó; y cómo, cuando termine, podemos asegurarnos de que nunca vuelva a suceder.

Porque esta locura debe terminar, si no en mi vida, al menos en la tuya. Nosotros los venezolanos somos proverbialmente pacientes, pero también somos infinitamente resistentes e ingeniosos. Toda nuestra historia como pueblo ha sido una búsqueda de libertad y dignidad; y no nos negarán nuestros sueños.

Así terminará esta locura; la regla de la fuerza cederá al estado de derecho. Entonces el país necesitará de sus grandes abogados, de sus grandes ingenieros, de sus grandes economistas y gerentes, de los mejores de sus hombres y mujeres para limpiar el caos y restaurar los cimientos de esa sociedad noble y verdaderamente venezolana por la que nuestros antepasados ​​lucharon, sangraron y murieron .

Te quiere, 

Tu padre"

Nota del redactor:

Esta es una versión de la carta enviada por José W. Diokno a su hijo, un mes después de la declaración de la Ley Marcial de1972 en Filipinas. La carta original llega a mis manos de parte de mi amiga filipina Kathryn Carpenter Perlas. El paralelismo de los hechos ocurridos en ése país con lo que está aconteciendo en Venezuela llama la atención, así como la actitud, pasión y visión del sr Diokno. Hice esta versión dirigida a los jóvenes venezolanos cambiando únicamente dos palabras, los nombres de Filipinas por Venezuela, el resto es una copia al pie de la letra de la carta original. Esto es una demostración de que a pesar de las circunstancias políticas temporales de los países, la base sobre la que se construye una sociedad son: el amor por lo que uno hace, el respeto al prójimo, la búsqueda de la grandeza del ser humano, no de su brillantez, el aprendizaje que otorgan los errores cometidos, el coraje para perseguir nuestros ideales, y el respeto a los valores humanos por encima de cualquier otra cosa. Espero que cause en ustedes el mismo efecto que causó en mí. 

Los bendice y les doy las gracias

Helio Borges 

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Ese Paparazzo Te Agarró Desprevenido


Puedes correr, pero no puedes esconderte. Al menos de este paparazzo casi indetectable e invisible. El 14 de febrero de 1.990  captu a muchas personas en el acto. He aquí una descripción de algunos de esos momentos, congelados en film por el lente inquisitivo de su cámara.

El hombre sentado frente a la hermosa mujer de mediana edad dijo que sí! con una sonrisa en su rostro. En este día de San Valentín, ella había invitado al joven sentado frente a ella a cenar. Había estado saliendo con él durante algún tiempo, y se había sentido atraída por su amabilidad y dulzura, pero sobre todo, se sentía a gusto con él. Ella no se había sentido así con un hombre en mucho tiempo. Esa noche le pidió que se casara con ella, ahora estaba exaltada.

El joven ejecutivo estaba cenando con su esposa e hijos. Parecía nervioso y ausente. Su esposa presintió que algo andaba mal. Él no sabía cómo darle la noticia, le habían diagnosticado una forma de cáncer rara y mortal.

El conductor del camión había bebido demasiado la noche anterior y se estaba quedando dormido sobre el volante de su camión remolque de 18 ruedas, sin darse cuenta de que una familia ocupaba su automóvil accidentado justo más allá de la curva que se avecinaba.

La joven madre estaba llorando de dolores de parto al dar a luz a su primer hijo. Su amoroso, pero muy nervioso marido se quedó paralizado junto a ella, sin saber qué hacer.

El líder del país del Golfo Pérsico estaba sonriendo cuando ordenó a sus generales invadir el país vecino, iniciando lo que se conocería como la "Guerra del Golfo Pérsico".

El fanático líder religioso hablaba apasionadamente a una horda de sus seguidores. Había sido despojado de su ciudadanía porque no estaba de acuerdo con el uso de su país como base desde la cual las tropas de la alianza occidental iban a luchar en la "Guerra del Golfo Pérsico". Años más tarde, él sería el cerebro detrás del ataque aéreo contra el World Trade Center de Nueva York y el Pentágono. Esos ataques pondrían en marcha la "Guerra contra el Terror". Esa guerra acabaría con la vida del líder que sonreía cuando invadía su país vecino, y absorbería a los Estados Unidos en una infructuosa y costosa, humana y materialmente, ocupación de Irak y Afganistán. Como siempre, nada ha cambiado en el frente oriental.

La hermosa novia caminaba orgullosamente por el pasillo central de la iglesia, mientras los invitados se maravillaban de su cara feliz y su porte real. Todos estaban felices.

El veterano político ofreció una sonrisa forzada al público. Se estaba postulando para otro mandato, mientras reflexionaba sobre el vacío de una vida impulsada por la codicia, la persecución del poder y las mentiras. Toda su vida había engañado sin vergüenza alguna a la gente que había votado ciegamente por él.

El erudito liberal, doctor en economía, estaba dando conferencias dentro de las antiguas murallas de su prestigiosa universidad, sin saber que sus enseñanzas habían sido utilizadas por dictadores populistas de todo el mundo para saquear demagógicamente a sus empobrecidas naciones.

La maestra de niños con necesidades especiales sonrió y lloró cuando su alumno realizó la tarea perfectamente, después de meses de trabajo paciente, arduo y amoroso.

El presidente del fondo de inversión dejó su oficina en medio de la noche, para no volver jamás. Al día siguiente todo el mundo lo estaba buscando. Su acceso a información privilegiada y brillante manipulación de los medios de comunicación y del mercado había producido miles de millones de dólares para su fortuna personal, mientras que sus inversionistas se quedaron con las manos vacías, viendo sus ahorros de toda la vida evaporándose en el aire.

La bióloga trató de cubrir la mayor parte de su piel seca y quemada por el sol abrasador. Había estado trabajando durante meses bajo el sol tropical, buscando pruebas científicas de que el antiguo arrecife de coral estaba muriendo rápidamente debido al calentamiento del mar. Su triste rostro confirmó los resultados de su arduo trabajo - Resultados que preocuparían e interesarían a muy pocas personas.

Los habitantes de la pequeña isla tropical corrían apresuradamente haciendo preparativos de seguridad de última hora para proteger sus frágiles hogares de la amenaza venidera. Estaban aterrorizados porque sabían que al día siguiente algunos de ellos lo habrían perdido todo, incluyendo su propia vida, debido a la furia de un huracán de clase 5 que se dirigía directamente hacia ellos.

Los aterrorizados habitantes de la favela trataron de huir en la oscuridad total de la noche, mientras el terrorífico sonido de la avalancha de lodo y los gritos de los vecinos que se ahogaban se acercaba cada vez más.

El hombre huyó de sus asaltantes lo más rápido que pudo. En su rostro, sudoroso y pálido como el papel, portaba una mirada que era una mezcla de miedo y culpa. Había dejado atrás a su novia.

El campus universitario estaba lleno de orgullosos jóvenes graduandos y sus familias. Ellos estaban escuchando al orador invitado diciéndoles cómo tener éxito en su vida profesional. Este era su momento para disfrutar, no para preocuparse.

El presidente, bastante pasado de peso y extravagantemente vestido, está inspeccionando el desfile militar organizado en su honor por sus gordos y muy condecorados generales. El que pedía permiso para comenzar el desfile era tan gordo que apenas pasaba por la escotilla del tanque. Él acaba de disolver el Congreso Nacional y ahora es un dictador de facto. Mientras tanto, los habitantes del país se están muriendo de hambre y mengua por falta de comida, de medicamentos y servicios médicos.

El líder negro es aclamado por sus seguidores después de haber sido liberado. Había sido hecho prisionero hacía 27 años por el gobierno minoritario blanco. Su crimen había sido luchar contra el sistema de apartheid que había despojado a la mayoría de la población negra de su país de sus derechos humanos fundamentales.

El hombre que presidió la disolución de la Unión Soviética sonríe cuando se entera de que había ganado el Premio Nobel de la Paz. Esa fue su recompensa por tratar de contener una caótica disolución que podría haber tenido consecuencias imprevisibles.

El activista social estaba parado junto al cuerpo tendido en el callejón. Había una jeringa cerca. Había sido llamado por la policía para identificar el cadáver. Lo reconoció y pensó en las veces que lo había estado aconsejando para salir de la adicción. Estaba dolido por la pérdida sin sentido de una vida tan joven. No podía hablar, sólo asintió con la cabeza, lo que significaba que lo había reconocido. Estaba cansado, triste y frustrado ante la dura evidencia que tenía ante sí, de que estaba luchando una guerra perdida. Después de años de tratar de ayudar a los drogadictos a salir de su vicio, observaba impotente cómo cada día jóvenes como este caían bajo el hechizo fácil y mortal de la drogadicción.

El bombero tosía a punto de asfixiarse, en un brazo sostenía precariamente a un pequeño bebé, con el otro intentaba aferrarse a la escalera. Se preguntaba cómo seguía vivo, después de salir milagrosamente del incendio en el apartamento del último piso, mientras el techo se derrumbaba sobre él y su preciosa carga.

Hubo millones de otros momentos capturados en film ese día. Detrás de cada uno de ellos había una historia. 

¿Qué hacías tú ese día? ¿Te acuerdas? ¿Cuál era tu historia? ¿Quién era este fotógrafo furtivo y omnipresente? 

Eso se revelará muy pronto.