sábado, 29 de abril de 2017

Un Día Inusualmente Sombrío






"Cuando se tiene un hijo, se tienen todos los hijos de la tierra, al hijo de la casa y al de la calle entera, se tiene al que cabalga en el cuadril de la mendiga y al del coche que empuja la institutriz inglesa, y al niño gringo que carga la criolla, y al niño blanco que carga la negra, y al niño indio que carga la india. Cuando se tiene un hijo, se tienen tantos niños que la calle se llena y la plaza y el puente y el mercado y la iglesia, y es nuestro cualquier niño cuando cruza la calle y el coche lo atropella ..." Andrés Eloy Blanco. Poeta Venezolano.

Hoy llegamos a la universidad y había un ambiente inusual. Como siempre, había grupos de alumnos en la cafetería, pero no haciendo la algarabía habitual, ellos tenían los rostros ceñudos y conversaban en voz baja, produciendo una especie de suave murmullo. 



Continuamos caminando hacia El Samán, emblemática y amplia plaza con un frondoso samán en el centro, que es el sitio de las grandes celebraciones de la Universidad Metropolitana, como graduaciones, aniversarios, etc. Allí había más gente de la acostumbrada, de hecho, más personas de las que recordaba haber visto en los grandes actos del pasado. Pero el estado anímico de los asistentes hacía juego con su vestimenta, ambos eran oscuros, como la sombra del samán bajo el inclemente sol.
 




En el escenario destinado usualmente a los conjuntos musicales, había un altar, enmarcado por ambos lados por dos astas de bandera, la bandera venezolana izada hasta el tope, y la de la Universidad Metropolitana a media asta. En su parte inferior había una pancarta blanca que tenía escrito en grandes letras negras JUAN PERNALETE.  






Estábamos llegando al homenaje póstumo que la comunidad educativa de la Universidad Metropolitana había preparado apresuradamente para rendir homenaje a su alumno Juan Pablo Pernalete, que había sido premeditada y alevosamente asesinado el día anterior de un disparo a quemarropa en el pecho, que un efectivo de la guardia nacional le propinó con su escopeta lanzagranadas de bombas lacrimógenas. Juan fue asesinado mientras manifestaba contra el régimen dictatorial, como lo hacían cientos de miles de personas en todo el país. Esas manifestaciones han sido reprimidas a sangre y fuego por el régimen. 



El manifestaba su derecho a tener un mejor futuro. Pero esta vez Juan Pablo perdió su vida y Venezuela perdió uno de sus mejores hombres. @JuanPabloSmile tuiteó esto en una oportunidad. 

“Unas veces se gana, otras se pierden, pero esta vez, no estoy dispuesto a perder. TE AMO VENEZUELA". @JuanPabloSmile


Juan tenía 20 años y era un destacado y muy querido miembro de la comunidad educativa. Estudiaba Contaduría Pública, y estaba becado por la Universidad Metropolitana por su “Excelencia deportiva”. Era un brillante estudiante y deportista, así como un extraordinario ser humano, amigo, novio, hijo, y ciudadano Venezolano. Entre los más dolidos estaban sus compañeros del equipo de básquetbol.

SUS COMPAÑEROS DEL EQUIPO DE BÁSQUETBOL

Mi hijo menor tiene 20 años, como Juan Pablo, y también es estudiante universitario. Así como Juan Pablo, el representa el presente y el futuro, no solo mío y de mi esposa, sino del país. Cuando me enteré de la muerte de Juan Pablo, fui a consolarlo y lloré. Lloré porque en ése momento me di cuenta que Juan Pablo podría haber sido mi hijo. Mejor dicho, era mi hijo, como en el poema de Andrés Eloy.  

Así como yo, la multitud de gente presente en El Samán, rendía homenaje póstumo al hijo de todos, al amigo de todos, al hermano de todos. No había nadie allí que no estuviese profundamente impactado por su temprana y dolorosa partida.

    


Su partida tan temprana, trágica, sin sentido, nos deja un vacío, un hueco, un cráter en el corazón de todos. Deja una universidad sin uno de uno sus mejores alumnos, al equipo de basquetbol sin su Número 6, a su novia viuda antes de tiempo, a sus amigos sin su “Bro”, y a sus padres huérfanos de su único hijo. Su partida les deja a ellos y a su país un profundo vacío en el corazón, arrebatandoles lo mejor que él podía ofrecer ahora y en el futuro. Porque es con jóvenes como Juan Pablo, que se construye el futuro de un país. 

Juan Pablo, los ciudadanos presentes en el acto expresamos nuestro pesar y dolor ofrendando a tu alma flores blancas como la luz en la que ahora te encuentras y cantando "Venezuela", tu tierra amada.

Dios te bendiga por siempre




viernes, 21 de abril de 2017

Tu Tricolor Habla. ¿La Has Escuchado?



“He sido testigo de muchas luchas. He sido herida, y maltratada, y he caído. Pero mi rojo no es sólo de la sangre derramada, no es de muerte, es de vida, porque he caído, pero siempre... siempre, una mano valiente me ha levantado de nuevo para ondear airosa otra vez. Por eso el rojo es la energía que me mueve. 

Mil tormentas me han azotado, y siempre he resistido, porque toda tormenta tiene un final, y muere cuando la luz del sol brilla otra vez, y lo hace para jugar con mi banda amarilla, que es el color de la esperanza. 

Mi rojo vida y mi amarillo esperanza, hacen alquimia con el azul del mar para crear los colores del arcoíris, tantos como las razas que abriga mi hermosa tierra. 

Esa es mi magia, mi destino, ser creadora del arcoíris. 

Y mis estrellas… ¿Las has notado?  Al llegar la noche, brillan contra el cielo nocturno, iluminando mi camino. 

Mi cuerpo muestra las cicatrices de mis luchas y mi faz ya no brilla como antes, pero siempre, con orgullo, doy mi cara al viento, venga este de donde venga".

@heboga @hborgesg

jueves, 20 de abril de 2017

19 DE ABRIL. CRÓNICA DE UNA LUCHA DESIGUAL




LA ESPERANZA

Hoy, 19 de Abril de 2017, se cumplen 207 años de la manifestación en Caracas que dio inicio a la lucha por la independencia de Venezuela del régimen colonial Español. Hoy, a las 10.00 am la oposición Venezolana había convocado "La mamá de todas las marchas", para exigir la restitución de la libertad perdida bajo el régimen dictatorial de Nicolás Maduro. El objetivo era marchar hasta la "defensoría del Pueblo", que hasta ahora se ha comportado más como la defensoría del régimen que oprime al pueblo.

Yo asistí con unos amigos a la autopista Francisco Fajardo, uno de los 26 puntos de concentración en Caracas. Cuando uno va a estas marchas, uno no sabe si va a haber una cantidad suficiente de gente asistiendo, o si va a terminar violentamente, como tantas otras en el pasado. Como llegamos temprano, pudimos ver como la marcha desde su inicio.


Decidimos incorporarnos unos 20 minutos después que había empezado, y pudimos sentir la energía, la pasión de la gente gritando consignas como "Libertad! Libertad!". En realidad esa era "la consigna", un grito de libertad que salía de la garganta de más de un millón de personas que apenas cabíamos en ese espacio de 10 canales de circulación de ancho y kilómetros de largo, ya que no se le veía un final a ese río humano.




Estábamos allí demostrando pacíficamente nuestro deseo de tener un país normal, con elecciones normales, donde podamos elegir libremente a nuestros líderes sin que estos arresten y torturen a la población por estar en desacuerdo con sus políticas. Sería imposible nombrar qué tipo de personas asistían a la marcha, había de todos los estratos de la sociedad, más de un millón de personas que asisten voluntariamente a una manifestación de ese tipo no pueden pertenecer a una sola clase social. Estaba representada toda la sociedad Venezolana. para muestra, tres fotografías: Un grupo de monjas, los valientes jóvenes estudiantes de medicina de la Universidad Central de Venezuela integrantes de la brigada de primeros auxilios, y una minusválida en silla de ruedas preparada para todo.





LA REPRESIÓN

Avanzamos unos 3 Km por la autopista ocupando todos sus espacios y las calles adyacentes, y lentamente nos fuimos deteniendo, hasta llegar a un alto. Sin embargo, seguía llegando gente desde todos los puntos de la ciudad formando una masa compacta. Así estuvimos por espacio de 1 hora, entre tanta gente era imposible saber qué pasaba. Poco después nos enteramos que esto era lo que pasaba.





Una brutal represión contra una pacífica y multitudinaria marcha, tan pacífica que la fotografía que encabeza este artículo habla por sí sola. Perdón, no habla, grita por sí sola, ya que trae a la memoria una imagen parecida de un joven Chino deteniendo una columna de tanques el 3 de junio de 1.989 en la Plaza Tiananmén de Pekín. Una valiente mujer, sola e indefensa salvo por su coraje y amor a Venezuela, deteniendo con su solo cuerpo un carro blindado de la temida Guardia Nacional, quienes en brutal tropel la atropellan y arrestan.





EL CAOS
Aunque es difícil, trate de imaginar una masa compacta de un millón de personas encajonados en una autopista de 10 canales de circulación de ancho, que se eleva sobre la ciudad a más de 10 metros de altura,  avanzando con la alegría y esperanza que da encontrarse con tanta gente con los mismos problemas, buscando las mismas soluciones. De repente, son emboscados por carros blindados y guardias armados que avanzan de frente contra ellos en perfecta formación militar, con una agresividad que raya en el sadismo, ya que no enfrentan a un enemigo armado con la misma fuerza que ellos, sino a una masa de heterogénea de gente pacífica y desarmada, compuesta por hombres, mujeres, ancianos y niños manifestando por sus derechos fundamentales. en un sitio donde no hay escape posible, donde sólo se puede retroceder, con el detalle que detrás de cada manifestante hay cientos de miles de personas marchando justamente hacia donde está la conflagración, inocentes de lo que pasa más adelante.  El resultado, caos total.







Los manifestantes que están a la cabeza de la marcha huyen como pueden, lanzándose al río Guaire, uno de los ríos más contaminados del mundo, o trepando a través de precarios puentes de cables eléctricos, o son apresados y acusados de "terroristas" .Sólo cuando vemos las nubes de gases a lo lejos y la gente desesperada huyendo en la dirección contraria, es que nos damos cuenta que debemos retroceder. Así lo hacemos y empezamos a respirar el olor acre de las lacrimógenas que cada vez están más cerca, ya que puedo ver justo donde estábamos minutos antes, la amenazadora nube de gases y gente corriendo.



Logramos salir de la autopista y regresar a casa, no así mucha gente que quedó atrapada a la merced de la violencia de la Guardia Nacional y de las huestes armadas del gobierno, en calles adyacentes, en el río, y en el CCCT, que es el centro comercial donde habíamos estacionado nuestro vehículo. Todavía al entrar la noche, seguían reprimiendolos. Este ha sido otro día más de más de 500 detenidos ilegal e injustificadamente, de heridos de toda índole y de tres jóvenes muertos por heridas de bala. Por qué las vidas que se arriesgan y se pierden son siempre de jóvenes? Hasta cuándo este gobierno continuará desconociendo la voluntad del pueblo? La respuesta queda en el aire, ya que las protestas continúan.

Esta es una lucha larga y dura de más del 80% de la población Venezolana, que está desarmada y ansiosa de libertad por una parte, y por la otra, de un gobierno dictatorial sin ningún apoyo popular, que está enquistado en el poder con el apoyo de instituciones no elegidas por el pueblo, sino nombradas "a dedo", y el uso indiscriminado de las armas del ejército y de sus fanáticas huestes. Una lucha totalmente desigual.

No me despido como acostumbro, con bendiciones, ya que la emoción que siento en este momento es rabia pura y simple, así que me despido por ahora con la señal que universalmente un millón de personas le hacíamos al helicóptero de la guardia nacional que coordinaba las acciones en tierra de las fuerzas represivas.



sábado, 8 de abril de 2017

La Marianne Venezolana


Si hay una imagen que resuma pasado, presente y futuro en un instante, es esta. Desconozco quien es el fotógrafo, así como quién es la joven protagonista de esta épica imagen. Si Delacroix la viera, la pintaría como a "La Libertad defendiendo al Pueblo".

He sido aficionado a la fotografía durante toda mi vida, y hay algo que siempre busco, pero que muy rara vez encuentro, es ése momento justo cuando el fotógrafo queda ciego por un instante, mientras la imagen queda impresa en el film. Es el momento kairós, como llamaban los antiguos griegos. Ni un segundo antes, ni uno después. Que gran fotografía.

Ella, la joven, es todo un símbolo sin proponérselo. Su ropa es casual, como la que vestiría normalmente en la universidad donde estudia. Lleva incluso el morral a cuestas, solo que hoy en lugar de libros, carga agua, vinagre, y algo de comida, ya que iba preparada para una larga y ardua jornada respirando gas pimienta. Si tomamos su silueta y la colocamos en otro contexto, el del béisbol por ejemplo, fácilmente la confundiríamos con la silueta de  "Manos de Seda" Vizquel, realizando uno de sus miles de jugadas en el shortstop de los Indios de Cleveland. Incluso ella tiene una mano enguantada, la zurda por demás, la de lanzar. En esta oportunidad no es una pelota de béisbol, es una granada del ilegal gas pimienta, lanzada hacia los manifestantes por los robocops del régimen. La bandera con que se cubre la nariz es simbólica de la protección que le da el estado Venezolano, ninguna. De su cuello cuelga un rosario, cuyo crucifijo le sirve de escudo. Adorna sus orejas con zarcillos perlados. En su mano no enguantada porta pulseras y sus uñas están pintadas de un rojo vivo. Ella porta su feminidad con orgullo y valentía.

Cuando uno ve su cuerpo, puede imaginarse perfectamente, cuadro a cuadro, su carrera hacia la granada humeante, su mirada fija en ella mientras rebota del suelo y la toma con su mano enguantada. Sin detener su carrera y conteniendo su respiración, su mirada se aparta del objeto que tiene en la mano, y se dirige a la línea de esbirros perfectamente protegidos con máscaras antigás, escudos y trajes de robots, buscando un resquicio, una rendija por donde su proyectil penetre y cause algún daño. Ese nivel de concentración no se logra espontáneamente, requiere de una intención, de un propósito, requiere de un sueño truncado. Un momento... esa joven debe tener un nombre, como no lo sé, la voy a llamar "Venezuela". También podemos imaginar, cuadro a cuadro, cómo ya ella ha identificado su objetivo y lanza la granada con todas sus fuerzas. Después de hacerlo, tiene que tomar aire, y lo hace respirando la nube de gases en que está envuelta. Venezuela cae y sus compañeros corren presurosos a ayudarla, otro tomará su lugar. A lo mejor la granada no llegará al blanco al que estaba destinado, eso no importa. Lo que importa es que ella lo intentó.

Venezuela no debería estar allí, debería estar en el aula de clases preparándose para el próximo examen. O trabajando duro para tener una buena evaluación en la empresa donde trabaja. Pero eso ya no es posible, Esa realidad, que es cotidiana de cualquier otro país del mundo, le ha sido arrebatada brutal y despiadadamente por la inmensa incompetencia y corrupción de un régimen que en nombre de una ideología muerta en todos lados y tiempos, excepto en sus cerebros, convirtió al país más rico de América Latina, en el más violento y miserable del mundo. Ella está allí arriesgando su vida porque la universidad cerró por falta de presupuesto, sus profesores emigraron en busca... de una mejor remuneración? No, de una remuneración. Un profesor universitario no puede sobrevivir con 100$ al mes. O mejor dicho, nadie puede sobrevivir con eso. O la empresa donde ella trabajaba cerró sus puertas porque ya una empresa "oligarca" tiene prohibido funcionar en un país que supuestamente era la vitrina de exhibición del "Socialismo del Siglo XXI". Así como ella, miles de jóvenes impulsados por sus sueños truncados están allí también, acompañados por el desempleado que tiene que vivir de las migajas que sobran del festín de corrupción de los poderosos del régimen. La acompañan también los enfermos de diabetes, o de cáncer, o de esclerosis múltiple, y el resto de los enfermos de cuanta enfermedad haya en el Vademécum, que no consiguen medicinas desde hace más de tres años y mueren por la indolencia de un régimen que rechaza la ayuda humanitaria para no "empañar" su imagen. La acompañan también los médicos y enfermeras de los hospitales, que a pesar de ganar una miseria, siguen atendiendo a los pacientes, sin tener siquiera insumos básicos, como sutura, alcohol, vendas, etc. En fin, todo el mundo en este país tiene una razón para acompañar a Venezuela en el lanzamiento de esa granada. Ella estaba consciente de eso cuando la lanzó, a eso obedecía su nivel de concentración, no podía fallarle a tanta gente.

Ella, sus compañeros y miles de otras personas salieron el 6 de abril a marchar por el derecho a expresarse mediante el voto, que el gobierno dictatorial de su país secuestró, quizás para el reto de su vida. Lo que significa el voto no es igual para ella que para los embajadores de los países Americanos reunidos en Washington discutiendo si el gobierno de Maduro es dictatorial o no, si el voto de los Venezolanos ha sido pospuesto "legalmente" o no, si en Venezuela hay una crisis humanitaria o no. En fin, para ellos eso es una mera entelequia. En cambio, para Venezuela el voto es un boleto de salida. Un boleto de salida? Si! un boleto de salida de la crisis social, económica, y humanitaria más despiadada que ha pasado este país desde la Guerra Federal de 1.859. Curiosamente, esta crisis ha sido causada en pleno siglo XXI por los reivindicadores de los "logros" de aquella espantosa guerra.

La jornada de ese día terminó con un número indeterminado de jóvenes detenidos, que sufriran torturas en la sede del tenebroso SEBIN, mientras el Defensor del Pueblo voltea su maquillada faz hacia otro lado. Hubo un número tampoco determinado de heridos, y un muerto, un joven de 19 años, casi un niño como Venezuela, su nombre es Jairo Ortiz. Lo mató un policía del régimen de un disparo en el pecho. Como siempre sucede en las dictaduras, los jóvenes son las víctimas propicias, la libertad de soñar es la primera que se suprime. En casos extremos, como el de Jairo, es la vida la que se pierde.

Cuántos Jairos más costará devolver este país a su realidad cotidiana? No me refiero a una realidad ideal, como la de Suiza. Sino la de cualquier país, que al tenerla no sabe que la tiene, sencillamente porque es cotidiana. Esa realidad de poder ir a la escuela, trabajar en una empresa, tomarse un café o unos tragos con los amigos sin perder la vida. Me refiero a esa realidad. La que teníamos nosotros y nos quejábamos de ella, dando lugar a la entrada de este sistema siniestro de gobierno. Ahora que la perdimos la extrañamos. Cuánto la extrañamos! Sin embargo, Cuántos Jairos más nos costará volver a ella?

No lo sé, para Venezuela la lucha continúa, y mientras haya jóvenes como la Marianne Venezolana, habrá esperanza, y como en la caja abierta de Pandora, la esperanza será la última en perderse. Lamentablemente, gracias a la terquedad de los gobernantes, el costo será alto,muy alto.

Dios nos bendiga a todos

Helio Borges

Pd: Superé el writer´s block! Vengo escribiendo con cierta regularidad sobre temas de Psicología Positiva, Cambio Personal, Social y Organizacional. Productividad, Espiritualidad, Ciclos históricos de la Humanidad, además de otros temas que me fascinan y que no viene al caso mencionar. Tengo como política no escribir de política. Sin embargo, hace más de un mes que experimento por primera vez bloqueo de escritor. Tengo en lista una gran cantidad de temas sobre los que quiero escribir, pero en lo que me sentaba a hacerlo, no fluía como siempre lo hago, las palabras sencillamente no salían. Algo no estaba bien. Día a día la frustración crecía. Durante uno de esos intentos fallidos, mi hijo Miguel se acerca y me pregunta que me estaba pasando. Al explicarle, me contesta con una pregunta, "Porqué no escribes sobre lo que ocupa tu mente?" No tuve que pensar mucho sobre lo que ocupaba mi mente. Vivo en medio de uno de los puntos focales de crisis de la humanidad. 18 años de crisis continua, son un reto de supervivencia, El pasado 7 de abril, viendo las reseñas de la protesta del día anterior, esta foto me llamó la atención de tal manera que las palabras empezaron a brotar de mi mente como un río crecido. Ése era el tapón que represaba mi creatividad.