lunes, 30 de octubre de 2017

POR AMOR AL ARTE, METÁFORA DE UN PAÍS



"..sólo existen dos tipos de música, la buena y la mala, la que entra y se va y la que se queda adentro. Un sentimiento que envuelve a la humanidad en estos últimos tiempos y que no nos permite movernos por caminos fáciles, que te obliga a dirigirte hacia adentro y te invita a hurgar en tu memoria, en tu amor, tu rabia, tu melancolía y a buscar tus arraigos ancestrales. Una pregunta aún sin respuesta. Un alma sensible y unos ojos cansados”. Isabel Palacios. Directora y compositora.


ACTO I



“…así que el Sr. Kreutzer tuvo la suerte, no sólo de volverse famoso por una sonata que nunca tocó, sino por una novela con el nombre de esa sonata, además de haber sobrevivido profesionalmente durante un período particularmente trágico de la historia de Francia. En otras palabras, el Sr Kreutzer era el propio enchufado!” Elizabeth Guerrero. Pianista.


Sábado 5.00 pm, quinta El Cerrito, diseñada por el famoso arquitecto italiano Gío Ponti hace 60 años. Está localizada en la cima de un cerro en el este de Caracas y tiene una vista de 360º sobre la ciudad. No sólo la quinta es una obra de arte, sino que cada pared es un mural artístico, y hasta el techo es especial. Estamos en “Una cita con Beethoven” con Elizabeth Guerrero (piano), y Alfonso López Chollet (violin). El programa está compuesto por las sonatas para piano “La Primavera”, y la “Sonata Kreutzer”. El concierto fue una muestra de virtuosismo por parte de los ejecutantes. Sin embargo, la guinda de la torta fue la presentación que hizo Elizabeth Guerrero de la Sonata Kreutzer. Ella narró no sólo la historia de la sonata y sino también la del violinista francés de origen alemán, Rudolf Kreutzer





“La sonata lleva el nombre de Kreutzer porque Beethoven la compuso para él. Sin embargo, él nunca la tocó, ya que cuando el compositor se la presentó, el violinista le dijo que esa era una pieza hecha de manera anti-natura, diciéndole que era imposible de tocar (de hecho, el Sr López tuvo que afinar el violín luego de tocar el 1er movimiento). El Sr Kreutzer tuvo una insólita habilidad para sobrellevar vicisitudes increíbles, él era el violinista de la corte de María Antonieta. Cuando el rey y su corte son guillotinados por la triunfante revolución y empieza la época de “El Terror”, pasa a ser violinista de Robespierre. Luego, al tomar el poder el “Directorio”, toca para ellos, y finaliza su carrera tocando para el emperador Napoleón Bonaparte. León Tolstoy escribió una tragedia inspirado en el 1er movimiento de la sonata, y la tituló Sonata Kreutzer”



Mientras la señora Guerrero narraba la historia de la sonata, de alguna manera, en mi mente se fue formando un paralelismo entre los hechos de esa época y los que vivimos actualmente en el país, especialmente cuando ella llega al clímax de su relato diciendo “…así que el Sr. Kreutzer tuvo la suerte de, no sólo volverse famoso por una sonata que nunca tocó, sino por una novela con el nombre de esa sonata, además de haber sobrevivido profesionalmente durante un período particularmente trágico de la historia de Francia. En otras palabras, el Sr Kreutzer era el propio enchufado!”. A mí, como al resto de la audiencia nos fue imposible contener una sonora carcajada. De allí en adelante disfrutamos el concierto como si estuviéramos en nuestra propia casa.

ACTO II



Domingo 6.00 pm. Uno de los edificios más bellos de la ciudad, así como de los más descuidados por falta de mantenimiento es la Escuela de Enfermería de La Universidad Central de Venezuela, la cual está localizada en Sebucán y tiene una capilla gótica que no solo es una joya arquitectónica, sino que es más grande que cualquier catedral venezolana. Allí nos dimos cita para disfrutar de Isabel Palacios y su Camerata de Caracas, compuesta por algunos de los más talentosos músicos del país. 



La Sra. Palacios preparó una obra musical como yo no había visto nunca en mi vida. Imaginemos un musical de Broadway, pero dirigido, no por Andrew Lloyd Weber, sino por el mismísimo Bach en la catedral de Leipzig. Eso, ni más ni menos, fue lo que llevó a la realidad la Sra. Palacios, con su creatividad, genio, pasión, y sentimiento, al dirigir desde su antiguo clavecín a coros y orquesta localizados tanto en el altar, como en el balcón del coro en la parte trasera de la iglesia. Esa distribución de los ejecutantes creó la atmósfera para que la música nos envolviera y penetrara en lo más íntimo de cada uno de nosotros, creando de esta manera un espectáculo de clase mundial.



En más de una ocasión observé a la Sra. Palacios derramando lágrimas, lo que hizo que mi corazón se terminara de abrir a la experiencia. Después me di cuenta que lo mismo le pasó a todos los asistentes. Fueron más de 2 horas de un apoteósico concierto de música barroca (está bien escrito: apoteósico y barroco), que al terminar, mi hijo de 21 años literalmente saltó de su asiento a aplaudir como si lo hubiera estado haciendo en un concierto de Cold Play. Todos los presentes hicimos lo mismo durante casi diez minutos. 



El concierto no sólo fue una metáfora del país, sino del mundo. Así lo describe la Sra. Palacios el concierto “Hacia un mismo sentimiento” a El Nacional de Caracas. “Un cuaderno lleno de anotaciones, nombres, títulos de canciones, un sin fin de curiosidades que te mueven desde hace mucho y hacia un mismo sentimiento. Una idea muy arraigada y digerida: sólo existen dos tipos de música, la buena y la mala, la que entra y se va y la que se queda adentro. Un sentimiento que envuelve a la humanidad en estos últimos tiempos y que no nos permite movernos por caminos fáciles, que te obliga a dirigirte hacia adentro y te invita a hurgar en tu memoria, en tu amor, tu rabia, tu melancolía y a buscar tus arraigos ancestrales. Una pregunta aún sin respuesta. Un alma sensible y unos ojos cansados”.




El concierto está dividido en cinco movimientos: Amar (“En una sobria y bella capilla un repique de campanas nos mueve en el tiempo y nos traslada hacia un extraño medioevo: unas nos anuncian que algo va a ocurrir y otras, que ya ocurrió”); Arraigar (“Las campanas nos hablan otra vez, pero ahora son un llamado a la vida, al trabajo. El hombre crece, echa raíces, se asienta y construye”); Creer (“Las campanas nos llevan ahora al templo de la fe donde tres obras, unidas por una profunda espiritualidad y solemnidad, nos abren sus puertas”); Odiar (“Pero el ser humano tiene la posibilidad de amar y de creer, pero igual que al lado de la luz existe la tiniebla, existe la aterradora capacidad de odiar, de romper, de quebrar, de dividir”), Penar (“No hay guerra sin muerte, y la muerte nos lleva al ritual, al funeral, al sordo sentimiento del duelo, la pérdida y el vacío”).





ACTO III


En un país en el que la hiperinflación rampante ya ronda 4.000% al año y sigue ascendiendo, cómo hace un músico para vivir de la música? En cualquier otro país, un espectáculo como el montado por Isabel Palacios costaría al público un mínimo de 50 dólares por la entrada, sin lo que habría entrado por pago de empresas patrocinantes que contribuirían con el costo de la obra. En estos dos conciertos los músicos que participaron hicieron interpretaciones extraordinarias. Sin embargo, a juzgar por el precio de las entradas, lo hicieron más por amor al arte que practican que como un medio de ganarse la vida. Ellos representan un microcosmos de los habitantes de este país, en el que todos, con excepción de unos muy pocos, estamos interpretando el quinto movimiento de la obra de la Sra Palacios: “Penar”.

Helio Borges 

sábado, 14 de octubre de 2017

YO ME ALIMENTO DE LA ABSTENCIÓN






"Aquí hay un solo enemigo, uno solo. La lucha continúa pero en otro frente. En el frente electoral, que el régimen ha abierto con el objetivo de lavar su horrenda cara de la sangre derramada por los ciudadanos de este país, para mostrarla bien maquillada ante la opinión pública internacional. Pregunto: Vamos a dejar que lo haga?"

"Un joven, sintiéndose perdido y solo, suplicó a los espíritus de sus antepasados ​​que le enseñaran cómo vivir su vida. "¿Qué hago con mis días? ¿Cuál es mi propósito? ¿Cómo puedo volver a conectar con ustedes, mis padres y madres? ", Preguntaba todas las noches, durante muchos meses, arrodillado junto al río donde habían vivido y muerto sus antepasados, el lugar sagrado de muchos recuerdos e historias. Uno de esos antepasados, convocado por las interminables lágrimas del joven, le respondió con el viento: "Ven conmigo", dijeron las misteriosas palabras, pasando por sus oídos con una suave brisa. Momentos después, el joven se encontró junto a una enorme roca en el desierto. Volvió a escucharse la voz: "Empuja esa roca con todas tus fuerzas". Eso fue todo lo que la voz que dijo, desapareciendo incluso antes de que hubiera terminado de aparecer. El joven se consideró muy capaz de la tarea, ¿por qué le pedirían que moviera esta roca si sus espíritus guías no creían que podría hacerlo? Así que comenzó a hacerlo.

Pasaron muchos días. Las sombras deambulaban por las superficies resecas de su lucha mientras el sol salía y volvía a bostezar en la cama. Siniestros ojos que se asomaban por la hendidura, brillaban durante las duras y frías noches, observando al chico joven esforzarse en empujar la roca sin mostrar ningún progreso. Incluso ellos no podían lucir siniestros durante tanto tiempo. Con el tiempo, el sol, la sombra, la luna, el sudor y los fantasmas al acecho lo dejaron solo. El joven cayó al suelo, vencido. No tenía nada más que dar. Tenía sed, pero su dolor era abrumador. Él gritó a los cielos: "¿Por qué?" Esa brisa huérfana pasó volando de nuevo, pronunciando palabras de aprobación al esfuerzo del joven. El, confundido, preguntó cómo su fracaso podría verse recompensado: era evidente para todos los que se hubiesen preocupado por ver, que no había movido la roca ni un poquito.

La voz volvió a escucharse: "Te pedimos que empujaras la roca. No que la movieras. Mover cosas no es tu trabajo "."

En mi vida personal puedo identificar situaciones en las que me puedo sentir en el lugar de ese joven. Esa historia, que me llega vía Bayo Akomolafe, un amigo Africano, complementada con la caricatura de Zapata, ya premonitoria de nuestra inmadurez democrática en 1.989, me hacen resonancia especialmente desde el punto de vista de lo que pasa en Venezuela en este momento. 

Como ciudadano me siento como ese joven, frustrado y con rabia por no haber podido remover de mi camino la roca de la dictadura que nos oprime. Los ciudadanos de este país llamado Venezuela hemos marchado, luchado en las calles, protestado y expresado nuestro desacuerdo con el sistema que nos mantiene sufriendo una de las crisis humanitarias más graves que ha visto la historia humana, y lo único que podemos mostrar son cambios en la percepción internacional del régimen, que ahora se conoce como lo que es: Un gobierno de criminales. Eso se ha logrado a un costo increíble de seres humanos muertos, heridos, presos, torturados, y exiliados.

Ahora se nos presentan unas elecciones de gobernadores donde por una parte, el gobierno tiene toda la ventaja militar, logística, y del abuso de poder del órgano que maneja los escrutinios. Por otra, muchos de los ciudadanos que han participado en esta lucha ventilan su frustración absteniéndose de votar, porque culpan a la dirigencia opositora de nuestro fracaso en remover al régimen dictatorial y sustituirlo por un sistema democrático.

Confieso que yo también los culpo. Alguien tiene que ser responsable de este fracaso, o no? Sin embargo, haciendo un ejercicio de ponerme en los zapatos de esa dirigencia, me doy cuenta de que yo, con todo lo que he estudiado, con todo lo que sé y a pesar de que me considero un ciudadano íntegro y capaz, quizás no habría podido hacer un trabajo mejor del que ellos han hecho, ya que estábamos luchando en el terreno donde el enemigo tiene y ha usado su poder militar para aniquilar civiles a diestra y siniestra.

Aquí hay un solo enemigo, uno solo. La lucha continúa pero en otro frente. En el frente electoral, que el régimen ha abierto con el objetivo de lavar su horrenda cara de la sangre derramada por los ciudadanos de este país, para mostrarla bien maquillada ante la opinión pública internacional. Pregunto: Vamos a dejar que lo haga?

El ciudadano común y corriente, como usted y yo, hemos sido dotados de un arma más poderosa que cualquier arma de fuego, y no tendremos que exponer nuestra vida para usarla. Además debemos recordar que es la única arma que ha causado verdadero daño al régimen.

Esa arma es el voto y yo pienso usarla este domingo. Eso lo haré a pesar de toda la rabia y frustración que siento. O mejor dicho, usaré toda mi rabia y frustración contra el verdadero enemigo. Si me abstuviera de usarla, no sólo estaría ayudando indirectamente al régimen que me oprime, sino que esa rabia y frustración se convertirían en un resentimiento con el que tendría que cargar el resto de mi vida.

Este domingo votaré, no por un candidato específico de la oposición. Votaré CONTRA el candidato del régimen, es tan sencillo como eso, además lo haré por mi país, por mi familia y por mi mismo. Eso es todo lo que se me ha pedido, seguir empujando la roca del régimen al abismo sin fondo donde pertenece. Moverla no es mi trabajo. 



Helio Borges

Instagram: @heboga
Twitter: @hborgesg