sábado, 26 de marzo de 2016

Después de Bruselas. ¿Qué Tipo de Liderazgo Necesitamos?




Si no nosotros. Quien? Si no ahora. Cuando?
John F. Kennedy.


El martes pasado los habitantes de Bruselas se dedicaban a sus labores habituales cuando explosiones masivas sacudieron el aeropuerto y una estación de metro, causando muerte, confusión, incredulidad, horror y el miedo en la población Belga. Sin desmeritar la tragedia ocurrida, aún más preocupante es el hecho de que estos ataques mostraron al pueblo Belga, a los Europeos, y al mundo, el increíble grado de falta de preparación y la incompetencia de las autoridades Belgas para prevenirlos. Desde ese punto de vista es válido pensar lo vulnerables que somos a un ataque al azar realizado en cualquier ciudad del mundo por unos cuantos locos. La conclusión a la que podríamos llegar es simple, pero brutal: Ningún gobierno occidental tiene la más mínima idea de cómo hacer frente a esta situación; en consecuencia, ahora sabemos que estamos expuestos a más ataques, y ese hecho nos hace sentir indefensos. ¿Cómo manejamos una situación tan abrumadora? Francamente no tengo una respuesta a esa pregunta, pero si tratamos de entender lo que nos pasa como seres humanos cuando reaccionamos a eventos traumáticos, podríamos tener una mejor comprensión de los hechos que nos afectan y de las posibles acciones que podemos tomar para afrontarlas.

Los seres humanos enfrentados a un acontecimiento traumático pasamos por varias etapas descritas por la psiquiatra Suiza Elisabeth Kübler-Ross en su libro de 1969 "Sobre la muerte y los moribundos". La primera es la NEGACIÓN (Esto no puede estar pasando, no es posible). Cuando la persona, o en este caso el grupo se da cuenta de que el hecho es real y no se puede negar, viene la segunda etapa, RABIA (Aquí puede pasar cualquier cosa dependiendo de la persona o colectivo). En esta etapa las voces de juicio, de cinismo y el miedo se elevan. Las reacciones pueden ir desde parálisis total en un extremo, a la búsqueda de venganza por el otro (Esto es un acto de guerra y vamos a responder de la misma forma!). La etapa de la NEGOCIACIÓN sigue a continuación (negociación con nosotros mismos en función de las consecuencias de nuestras acciones del paso anterior). La cuarta etapa es la DEPRESIÓN (rendirse ante la inevitabilidad del hecho al que nos enfrentamos y al que no encontramos una solución a la vista). La quinta etapa es la ACEPTACIÓN. En la aceptación, nos enfrentamos a la realidad de los hechos en los que estamos inmersos, y comenzamos (al fin) a movernos en la dirección de la solución de nuestros problemas (lo acepto y me preparo para manejarlo).

Las consecuencias de los ataques en París eran predecibles bajo el modelo de la Dra. Kübler-Ross. Francia, acompañada por sus aliados occidentales que se veían a sí mismos frente al mismo peligro, se trasladó de la negación a la rabia, bombardeando las ciudades Sirias ya de por sí destruidas por la guerra civil. Entre los resultados de esta reacción están miles de civiles y muy pocos terroristas de Isis muertos; la crisis de refugiados empeoró, y podemos suponer que la sed de venganza de los fundamentalistas contra occidente aumentó. Ahora, después de los ataques a Bruselas, que van a hacer los líderes de occidente? ¿Van a continuar reaccionando desde la negación, o desde la rabia? ¿Van a seguir bombardeando lo que queda de Siria? ¿Quién es el sospechoso habitual en esta ocasión? Ante este hecho, uno puede legítimamente preguntarse: ¿No podríamos hacer una pausa y pensar antes de reaccionar de la misma y desastrosa manera del pasado? ¿No es evidente que hay que actuar de forma diferente? En una guerra tradicional tenemos a dos ejércitos opuestos luchando entre sí, y las bajas civiles son relativamente limitadas. En este tipo particular de guerra, tenemos armas sofisticadas apuntando desde todos los lados al asesinato en masa de la población civil. Esto es una locura en forma de vórtice con los civiles en el medio sufriendo los efectos de un ciclo de la violencia cada vez más creciente. Yo creo que llegó el momento de explorar nuevas formas de salirnos de ese ciclo destructivo. El modelo de la Dra. Kübler-Ross nos indica que primero aceptemos la realidad tal como es, para luego hacer un esfuerzo y tratar enfrentar el asunto a través de un nuevo tipo de enfoque. De esa manera podríamos tener una oportunidad de ganar esta guerra definitivamente.

Esa no será una tarea fácil por dos razones: Primero: Tenemos que ser conscientes de donde estamos parados en el modelo de la Dra. Kubler-Ross, porque no vamos a ser capaces de encontrar soluciones efectivas si empezamos a mirar el problema desde la rabia o desde la depresión, por ejemplo. Soluciones viables y duraderas en el tiempo sólo se pueden encontrar si empezamos a mirar el problema desde la ACEPTACIÓN. Segundo: Este proceso no puede ser dirigido por un liderazgo que opere desde el EGO, que se mantiene repitiendo los mismos errores del pasado. El mundo necesita urgentemente un nuevo tipo de liderazgo, uno que se centre en las posibilidades de que nos ofrece el futuro. Otto Scharmer del MIT, el autor de "Teoría U. Liderando desde el Futuro Emergente" propone un nuevo modelo de liderazgo que cambia el lugar interno desde el cual opera el líder, de un enfoque centrado en el EGO (que no deja de repetir los errores del pasado), a un modo de pensar ECO, que se centra en las posibilidades de nuestro mejor futuro posible. Con el fin de llegar a ese marco mental ECO, el líder debe actuar con una Mente Abierta, un Corazón Abierto y una Voluntad Abierta.

Tener una mente abierta no significa la práctica de "dejar hacer, dejar pasar". Al contrario, significa hacer frente a los hechos oportuna y adecuadamente. La amenaza terrorista a la que estamos expuestos debe ser enfrentada eficiente y responsablemente por organismos gubernamentales que colaboren, no que compitan entre sí, que compartan, no que oculten información a los demás, y que actúen coordinadamente, no en parcelas individuales de poder. Tener un corazón abierto significa comprender la situación de las víctimas e ir a la raíz de su sufrimiento con el fin de aliviarlo. Tener una voluntad abierta significa actuar más pronto que tarde con una sola intención en mente: Hacer de este un mundo mejor para todos. En un mundo donde todo está interrelacionado, todo lo bueno que hagamos va a tener un efecto sobre el todo, y lo mismo ocurre con nuestras malas acciones, tal como la crisis de Siria nos ha demostrado de manera tan contundente en nuestras propias narices.

¿Dónde podemos encontrar ese tipo de liderazgo? ¿Quién es ese superhéroe del que se requiere una tarea tan exigente? Bueno, mira a tu alrededor, y luego mírate a ti mismo. Sí, a ti mismo. Tú eres ese líder, y yo también, todos lo somos. Pero, ¿estaremos a la altura de las circunstancias? Al respecto, la Dra. Clarissa Pinkola Estés, autora del libro "Mujeres que corren con los lobos" tiene un mensaje para nosotros:

No está a nuestro alcance conocer qué acto, ejecutado por quien, hará que la masa crítica se vuelque hacia un bien perdurable. Todo lo que se necesita para lograr un cambio dramático, es una acumulación de actos, por lo que debemos seguir añadiendo, añadiendo a, añadiendo más, continuar añadiendo. Sabemos que no hace falta que "todos en la Tierra" vivamos por la justicia y la paz, sólo se necesita un pequeño y decidido grupo que no se dará por vencido durante el primero, el segundo o el centésimo vendaval”.

Aquellos de nosotros que nos vemos afectados y que nos preocupamos por los gigantescos desequilibrios que se ven por todas partes, en la política, en la economía, en nuestro entorno y en la sociedad en general, no debemos quedarnos sin hacer nada y ver impasibles cómo evolucionan las cosas para peor. Tenemos la responsabilidad de comportarnos de manera diferente, independientemente de nuestros sentimientos, emociones y afinidades políticas. Esto no es sólo un momento de grandes perturbaciones en la historia de la humanidad, sino también un momento de grandes oportunidades para hacer las correcciones que son necesarias para cambiar la dirección hacia la que nos dirigimos como especie. En este contexto podemos ser parte del problema o parte de la solución. Seamos los que sanan, concilian y co-crean un futuro mejor para nosotros y nuestros hijos. Hagámoslo todos los días en nuestras áreas de responsabilidad, “como si el mundo nos importara", de esta forma podríamos ayudar a crear el "cambio dramático" al que la Dra. Pinkola Estés se refiere. Esta es nuestra oportunidad de romper el ciclo, no la dejemos pasar una vez más. No nos lo perdonaremos.

Bendiciones


Helio Borges

Elisabeth Kubler-Ross: “On Death and Dying.”
Otto Scharmer and Katrin Kaufer: “Theory U. Leading From the Emerging Future”
Dr. Clarissa Pinkola Estés: “Women Who Run With Wolves”

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